sábado, 20 de junio de 2015

Ceviche (Canning)


La comida Peruana, fue otro de mis grandes descubrimientos de los últimos años, recuerdo la primera vez que fui a un Restaurant Peruano y pedimos una plancha de mariscos que estaba espectacular, todo condimentado con ese aji amarillo que usan que le da a todo un gusto único.
Pasaron los años y fui probando distintos lugares y distintos platos Peruanos, algunos me gustaron, otros no y algunos me enamoraron como el plato de Mariscos al Fuego de Entre Mares.
Esta vez fuimos por primera vez al nuevo local de Ceviche en Canning. Si bien el local es muchísimo más grande que el anterior, te da una linda sensación de intimidad, la atención también es excelente y la comida es buena. El precio bastante elevado para los lugares que acostumbramos ir y recomendar, pero para una vez cada tanto, vale la pena. Lo bueno de esta salida, es que éramos cinco personas, por lo que pudimos probar distintos platos. 

De recepción nos trajeron una bandeja muy coqueta, con unas cucharitas de Ceviche Arequipeño que estaba muy rico y muy fresco, un maíz que no era la gran cosa (bah era maíz) y unos bocaditos de salmón que estaban ricos.
De principales mi esposo pidió una Cazuela de Langostinos, que supuestamente venía servido en  plancha caliente, salmón rosado, pulpo, mejillón, langostino con arroz al olivo y tinta de calamar, que en realidad vino en un plato que estaba tibio. Se llamaba Cazuela de Langostinos y si traía uno o dos era mucho, algunos camarones, apenas de pulpo, algunos mejillones, unas rabas y bastante arroz con tinta de calamar. Un plato para no repetir en una futura visita.
Mi mamá pidió una trucha a la manteca con alcaparras y almendras tostadas y un timbal de arroz que estaba muy sabroso y muy bien condimentado. 

Mi papá pidió un Maremoto, que eran langostinos envueltos en láminas de lenguado, cubos de salmón rosado y callos de vieiras chilenos en salsa de la pasión. Lejos fue el plato que más me gusto de la cena, era perfecto por donde se lo mire. Bien condimentado. Si bien no se podía distinguir que era lo que se estaba comiendo, era un gusto distinto a lo que uno está acostumbrado y muy rico.
Mi sobrino pidió un lomo salteado con cebolla y tomate acompañado de unas papas crocantes y arroz peruano, que estaba bastante frío e incluso después de pedir que se lo calienten, quedo tibio. El gusto era normal, pero bueno, yo no suelo esperar casi nada de un plato de carne en un lugar de mariscos.

Yo me pedí un risotto de camarones, que realmente estaba muy bueno, muy bien condimentado, excelente el punto de cocción del arroz y una cantidad normal de camarones. Además fue el plato que en mejor punto de calor llego a la mesa.
De postre pedimos una torta oreo que estaba muy buena, y probamos el pisco que también estaba muy bueno.

Lo peor de la noche sin duda, es que en vez de botellita o latita de gaseosa, te traen un vaso con gaseosa de máquina al mejor estilo Mc Donald´s o Burguer King, que te la rellenan gratis una vez, pero la cobran a precio de botellita. 

Habiendo comido 5 platos principales, un postre, un pisco, un vino Saint Felicien, tres gaseosas y un agua sin gas, gastamos aproximadamente $250 por persona (Mayo 2015)

Es un lugar para ir una vez cada tanto. Para mí el maremoto y el risotto se llevaron todos los premios, el postre también valió la pena, volvería por esos platos.















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